2009-12-27

Prioridades en conservación (Conservation Triage) - Parte 2

Por Mario Quevedo

En la entrada anterior comenzaba a revisar el concepto de Conservation Triage (CT).
En 2008 Bottrill et al. (recomiendo el traductor de Google) retoman y defienden el concepto. Dicen (traduzco el resumen):

Los esfuerzos en conservación y en urgencias médicas se enfrentan a problemas similares: cómo utilizar los escasos recursos con inteligencia para conservar valiosos recursos. En ambos campos, el proceso de priorización de acciones se conoce como "triage". Aunque a menudo se utiliza implícitamente por los gestores, científicos y políticos, el concepto CT ha sido mal interpretado una decisión acerca de que activos (por ejemplo, las especies, hábitats) no recibirán la inversión. Como consecuencia, la clasificación se asocia a veces con una ética de conservación derrotista. Sin embargo, CT no es más que la asignación eficiente de los recursos de conservación, y corremos el riesgo de desperdiciarlos si no seguimos sus principios básicos.

Si no he contado mal, Bottrill et al 2008 incluye 14 autores, en su mayoría pertenecientes a instituciones académicas. Han publicado sus ideas en un "revistón", tras un proceso de revisión anónima. Básicamente eso implica que sus planteamientos son considerados válidos y de interés general por una parte de la comunidad científica.

Mi opinión cae del lado de la de Pimm, comentada en la entrada anterior. CT no me parece un concepto aceptable. Sin embargo creo que sería un error ignorar que existe el debate, y que puede haber argumentos válidos en la propuesta CT académica. Bottrill et al. usan en su artículo terminos como "uso eficiente de los recursos" (efficient resource allocation), "objetivos claros" (clear goals) o "repetible". Todos ellos términos atractivos y válidos en un contexto científico. ¿Por qué entonces digo que no me parece válido?
  • Creo que CT es efectivamente derrotista. Bottrill et al. no me convencen de lo contrario. De hecho, no he encontrado nada muy nuevo en su artículo de 2008. Sí contiene en cambio una aproximación numérica y cuantitativa, posiblemente el motivo de su publicación en TREE.
  • Aparte del derrotismo, creo que el problema fundamental de CT reside en que su aplicación, al contrario de lo que presupone un análisis teórico, no está libre de parcialidad y de política. CT es susceptible de servir para que gestores, políticos e investigadores rehuyan su responsabilidad; para que limpien su conciencia. Es decir, es un concepto cuantitativo y repetible, cualidades buenas en ciencia, pero muy susceptible de ser manipulado.
  • Y mi crítica favorita: el concepto CT se sustenta en una premisa que, cuando menos, debería ser discutida: los fondos destinados a conservación son limitados y escasos. Si asumimos la premisa, CT parece inevitable. Eso es lo que defienden Bottrill et al. en una secuela de 2009, tras una serie de críticas publicadas (las revisaré en la próxima entrada). ¿Y por qué hemos de asumir la premisa? ¿Quién decide cuanto se gasta? ¿Por qué en conservación hemos de conformarnos con cualquier cosa? Entiendo que cualquier disciplina científica avanza precisamente cuestionando las premisas.      

En definitiva, creo que el resurgir de CT en Biología de la Conservación puede ser un ejemplo más del desacople entre el desarrollo científico y la aplicación del mismo. No creo que sea éste un problema menor: independientemente de que nos guste o no un concepto en Biol. Cons., tener que cuestionar su validez por la potencial manipulación del mismo es cuando menos inquietante.

Referencias citadas:
  • Bottrill M.C., Joseph L.N., Carwardine J., Bode M., Cook C., Game E.T. et al. 2008. Is conservation triage just smart decision making? Trends in Ecology and Evolution, 23, 649-654. 
  •  Bottrill M.C., Joseph L.N., Carwardine J., Bode M., Cook C., Game E.T. et al. 2009. Finite conservation funds mean triage is unavoidable. Trends in Ecology & Evolution, 24, 183-184