Por Mario Quevedo
La verdad es que de momento no me voy a meter mucho en el jardín del título. Podría dar para un debate interesante; hay mucho escrito al respecto, y bien escrito. Pero en la gestión ambiental en España, de momento, no hay debate alguno. Sólo gritos.
Uso el título porque forma parte a su vez de una editorial publicada en
Conservation Biology en 1996. Ya llovió. Se titulaba (mi traducción
en azul):
Benchmarks for Managing Ecosystems: Are Human Activities Natural?1
Referencias para el manejo de ecosistemas: ¿Son naturales las actividades humanas?
Reproduzco y traduzco las primeras líneas de esa editorial:
"For conservation biologists one of the fundamental goals of managing ecosystems is to maintain or restore their natural structure and function (Noss and Cooperrider 1994). In ecological reserves we strive to attain this goal as completely as possible. Outside reserves we accept some compromise in reaching this goal"
"Para los biólogos de la conservación uno de los objetivos fundamentales en el manejo de ecosistemas es mantener o restaurar su estructura y funciones naturales (cita). En las reservas ecológicas intentamos alcanzar ese objetivo tanto como sea posible. Fuera de las reservas aceptamos algunos compromisos acerca de ese objetivo"
No se trata en el artículo de nada particularmente revolucionario, ni especialmente metafísico. Más bien al contrario, el autor busca limitar el ruido para mejorar la eficacia de gestión. Recomiendo la lectura del original; son sólo dos páginas, sin materia grasa ni eslóganes
2.
En cualquier caso, al releer esas líneas me vino por desgracia a la cabeza un episodio más -posiblemente anecdótico pero lamentable- en la reciente gestión de espacios protegidos en el norte de España. Me refiero a una noticia en la prensa, titulada
"Álvarez quiere consenso sobre la presencia del lobo en los Picos de Europa".
Una de las frases de la noticia, atribuida a la consejera de Agro-ganadería y Recursos Autóctonos del Gobierno de Asturias,
María Jesús Álvarez, se lee:
Álvarez cree que "el parque nacional es lo que es y el paisaje del
parque nacional es lo que es por la acción del hombre y por el pastoreo,
fundamentalmente"
La distancia entre la idea de conservación de la consejera y la expresada en la editorial de
Conservation Biology se mide en años luz. Hasta ahí llego. Pero, como de costumbre, me empiezo a preguntar cosas:
¿Cómo ha caído tan bajo la gestión del medio ambiente en España?
¿Cómo es posible que en 2012 altos cargos de gestión ambiental permanezcan en la más completa oscuridad científica?¿Les habrán recortado el acceso a los libros y la banda ancha?
¿Qué pinta una consejera "creyendo" acerca del paisaje de un parque
nacional?
Los paisajes son entidades tangibles, combinación de elementos
bióticos y abióticos. No hay que creerlos, hay que estudiarlos,
leerlos.
Creo que los de mi generación escuchamos muchas veces, e interiorizamos, que en España teníamos un retraso en ciencia debido a los años de dictadura. OK, chicos, ya llovió también. Ya hubo tiempo para recuperarse, como se recuperaron los precios.
No parece posible tampoco explicar el fenómeno por la ausencia de conocimiento a disposición de la sociedad. Sin necesidad de ir muy lejos, aunque teniendo Internet eso dejó de ser problema, hay universidades e institutos del CSIC donde trabajan profesionales que podrían explicar qué son los paisajes, ecológicos y geológicos, y cómo y cuando se forman.
Una explicación que oigo a menudo apunta al desinterés por el medio ambiente, y a un modo de gobernar, en permanente campaña, que roza la corrupción. Viendo como las administraciones, no sólo la asturiana eh,
se saltan sus propias normas, algo hay. Pero me resisto a pensar que todo funcione así, que no hay arreglo. Meterse a representante público debe requerir también coraje y convicción, para aguantar el alto grado de exposición. Por eso sigo preguntando. ¿Quién carajo asesora a esta gente? ¿Quién manipula? ¿Quién sale ganando en este lodazal?
No obstante, dicen algunos que los gobiernos reflejan la sociedad. Aquí me pilla entonces el pesimismo. Me explico: una frase tan lamentable como la de arriba, u otras más recientes como lo de que
los artos no dejan caminar al oso, no se le tolerarían a un responsable público que hablase por ejemplo sobre Sanidad. Imaginad algo como:
"creo que la gripe se contagia por unas esporas que vienen en los plátanos, fundamentalmente"
¿Cuanto duraría ese responsable? Saldrían el resto de formaciones con representación en la cámara de turno pidiendo, como mínimo, explicaciones. Pero no, no ocurrió. Como solo hablaba de un parque nacional de nada, da igual. Todo queda en la indignación de
cuatro urbanitas en las redes sociales. Bueno, queda también en las hemerotecas.
Explíquese como se quiera, sería mejor una postura igualmente sesgada pero mucho más honesta, tipo: "mandamos nosotros y tomamos la decisión política de gestionar el PN de tal o cual manera". Lo cual lleva implícito eso de "y ustedes ciudadanos decidirán en las próximas elecciones si nuestra política les ha gustado o no".
Así me lo aprendí yo.
Ya está bien de retorcer la biología para que encaje en la política. Terminan haciendo el ridículo. Y termino con más preguntas: ¿Qué tal iría recuperar aquello de "
a hombros de gigantes"?
Notas y Referencias
1- Hunter Jr., M. 1996. Benchmarks for Managing Ecosystems: Are Human Activities Natural? Conservation Biology 10:695–697. DOI: 10.1046/j.1523-1739.1996.10030695.x
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