2012-08-25

Eso no es Ecología

Por Mario Quevedo

Si, si, otra vez y las que haga falta, gente. Que está el patio confuso.

Ya sea por confusión o por interés, se le llama Ecología a cosas que no lo son. Más en estos días de desbarajuste ambiental español, en los que los gritos pasan por encima de las voces.

Uso una vez más, para dar contexto, la chuche-anecdota habitual en clase. Un día, al teléfono con mi padre (no, los conservacionistas no nacemos en las macetas urbanas), tuvo lugar la siguiente conversación:
"entonces, hijo, ¿de que vas a dar clase?"
"de ecología, padre"
"ah", abrió reflexivo, "vas entonces a contarnos por qué hay qué meter los envases en los contenedores amarillos".
Vete a por otra, nenín, pensé yo.

Y eso que el paisano estuvo años antes, al menos físicamente, en mi lectura de tesis; experiencia suficientemente dura como para que un progenitor pierda la esperanza de entender que fue de aquella promesa filial, y decida que efectivamente eres un caso perdido para la economía productiva. Por eso me chocó la pregunta, peinando ya canas el hijo.

Debí decir algo así como "no, papá, eso no es Ecología. Será en todo caso gestión de residuos, y puede que lo enseñe algún departamento de químicos".

Si el padre de un ecólogo de treinta y tantos (entonces) está en esa longitud de onda, que la media de la población lo tenga claro parece poco probable.

La Ecología es una disciplina de la Biología, o una de las Ciencias Biológicas. Como la Microbiología, o la Fisiología. Pero no creo haber oído hablar de Microbiologismo [1], ni oír en campaña electoral de cualquier pelo que alguien prometa más Fisiología en su gestión. Se diría que hay más confusión alrededor de la raíz "eco", del griego "oikos" (~hogar). En cualquier caso, en algunos aspectos, uno se alegra de vivir estos tiempos en los que la información fluye cada día más libre y más fácil, hacia aquel que quiere acceder a ella. Simplemente visitando Wikipedia podéis encontrar una descripción amplia de la Ecología.

Al igual que otras disciplinas, la Ecología recoge subdisciplinas, especializaciones de los que la practican. Así, podríamos oír hablar de Ecología de Poblaciones: gentes que usan generalmente modelos matemáticos para entender la dinámica de conjuntos de individuos de una misma especie conectados por eventos de reproducción y migración. O Ecología Energética, estudiando como fluye y se distribuye la energía en los sistemas vivos, desde la fotosíntesis a las muelas gordas de un predador. Y por qué por ejemplo éstos son siempre más escasos que sus presas.

O la Ecología Evolutiva, o Espacial, o Marina, o Molecular, etc.

Todas esas subdisciplinas reciben sus etiquetas, sus apellidos, de las técnicas empleadas, del nivel de organización al que apuntan, o incluso del medio en el que se practican. Pero, a pesar del apellido, todas ellas extraen sus conceptos básicos, centrales, de la teoría ecológica vigente, y deben contribuir a mejorarla constantemente. Dícese ciencia.

Insisto, Ecología es ciencia. No existen por tanto las ecologías subjetivas. No hay una ecología teológica, ni atea, ni cultural, ni inculta, ni de derechas, ni de izquierdas. No se cree en la Ecología, como no se cree en la Evolución. En todo caso, sus argumentos se rebaten, actualizan y mejoran siguiendo el método científico. Todo lo demás, charla de bar.

A ver si la política y la gestión del medio ambiente salen del bar (en horario de trabajo y exceptuando "el pincho").

Notas
[1] creo que se confunde frecuentemente Ecología con Ecologismo, se confunde disciplina científica con ideología u opción política. Estudiando Ecología, especialmente en los niveles de organización poblaciones, comunidades etc., hay muchos motivos para simpatizar con el Ecologismo. Pero la relación no está exenta de tensiones.    

2012-08-14

Conservación de ¿la Naturaleza?

Por Mario Quevedo

Es ésta una entrada larga, posiblemente demasiado para este medio, e incluye referencias a las fuentes y lecturas adicionales [1].

Antes de empezar, el contexto: esta entrada va de conservación en espacios protegidos; no trato aquí los entornos poblados, zonas industriales, cultivos intensivos, etc. [2]

Mi propósito es abordar algunas preguntas alrededor de lo esbozado en el título. Sí, preguntas, porque ni la Naturaleza ni las sociedades humanas son simples y, por tanto, rara vez nos podremos acercar a ellas con respuestas directas (sin caer en el populismo). Me doy cuenta de que no corren buenos tiempos para pedir conservación, como no corren buenos tiempos para pedir educación y gasto social. Me doy cuenta también que es pertinente estos días aquello de "a río revuelto ganancia de pescadores". Pues precísamente escribo sobre esto porque no son buenos tiempos. 

¿Qué hay que conservar? 

¿Qué quiere decir el término natural, tan frecuente en las denominaciones de espacios protegidos en España? 

¿Se gestionan los espacios protegidos españoles para conservar naturaleza?

La respuesta a la primera pregunta es la más subjetiva; depende de la toma de posturas éticas y del nivel de información disponible acerca del foco de atención. Intentaré ilustrarlo más abajo.

La respuesta a la segunda admite también cierto nivel de subjetividad, aunque pienso que disciplinas como la Ecología y la Biología de la Conservación, entre otras, aportan mucho más consenso. También me acerco a ello más abajo.

La respuesta a la tercera es, citando a Hannibal Lecter, No, Clarice! Siempre hay alguna excepción, pero por eso reciben ese nombre. 

Conservación de la Naturaleza: es un concepto atractivo, tanto en su versión explícita como en variedades un poco más difusas, o más comerciales [3]. Incluso algunas grandes corporaciones, a priori interesadas en otros asuntos, lo incorporan a sus eslóganes publicitarios; supongo que tras consejo de los correspondientes asesores de imagen. Predicar destrucción de la Naturaleza se diría por tanto impopular. Sólo cargos políticos del uno al otro confín, cantando alegres en alguna proa, se permiten la imprudencia. Bueno, también se la permiten algunos empresarios tipo tarde-o-temprano-voy-al-trullo, ya lo verás.

2012-08-07

Parques de papel

Por Mario Quevedo

En Biología de la Conservación se utiliza el término parques de papel / paper parks para denominar a aquellos espacios protegidos que en la práctica no son manejados como tales, fallando en su objetivo mas importante: la conservación de la biodiversidad [1]. Parques solamente nominales.

Una búsqueda en Internet del término ofrece numerosos resultados. En principio, la mayoría de esos parques de papel están en los países menos desarrollados, con menos medios, precisamente aquellos a los que se les pide mayor esfuerzo; pero no sólo. 

Me acordaba estos días del término al leer en los medios y oír "a través de la parra" las propuestas y actividades de gestión de la Administración ambiental asturiana: batidas a los lobos del Parque Nacional de Picos de Europa.

¿Se podría decir que algunos espacios protegidos españoles son de papel

Comparado con "los países de nuestro entorno", yo diría que si. Al menos a nivel de parques nacionales. Yellowstone (USA), Oulanka (Finlandia), Sarek (Suecia)… Cuéntales tú que las vacas – contadas además por miles- pastan en el Parque Nacional, que las vueltas ciclistas llegan a los puertos con toda la parafernalia, que la conservación de la biodiversidad se refiere sólo a las especies que no dan el coñazo al paisanaje, que eso de que la Guardería guarde y denuncie es mala idea. Cuéntalo tú, que a mi me da mucha pena.  
Forest's Rebirth
Es verdad que tengo un sesgo: no conozco casi nada de espacios protegidos en los llamados "países en desarrollo", y supongo que algunos afrontarán amenazas y batallas muy duras, mereciendo más lo de paper parks. Pero no nos engañemos, algunas de esas amenazas no las afrontamos aquí porque se ejecutaron antes de que existiera conciencia de conservación, no porque la mentalidad sea mucho más conservacionista.Y eso se nota.

¿Cómo? ¿Qué me paso? Tomad por ejemplo la deforestación, término asociado con la Cuenca del Amazonas. Preguntad cual es la cobertura potencial del bosque en la Cordillera Cantábrica; preguntad después cual es la actual [e.g., 2]. Si, algo así como 60% de deforestación. O si lo tuyo son los vertebrados, dile tú a los chicos de la India que si, que protejan ellos a sus grandes carnívoros, pero que tú no puedes con los tuyos, que estás desarrollado.

¿Espacios protegidos? ¿Sostenibilidad? No se yo…

Referencias
  1. Bonham CA et al. 2008. Protecting imperiled “paper parks”: potential lessons from the Sierra Chinajá, Guatemala. Biodiversity and Conservation, 17. Al escribir esta entrada el pdf del artículo completo estaba disponible en Internet.
  2. García D et al. 2005. Fragmentation patterns and protection of montane forest in the Cantabrian range (NW Spain). Forest Ecology and Management, 208; Díaz TE y Vázquez A. 2004. Guía de los bosques de Asturias. Trea.