Por Mario Quevedo
Está cayendo una tromba terrible en términos de destrucción de la Naturaleza: explotación inconsciente en persecución del crecimiento económico continuo, gestión de espacios protegidos destinada a repartir fondos entre los grupos de presión más amenazadores... Cada uno que elija su desastre fetiche.
Por eso no es fácil salir aquí y escribir nada optimista. No obstante, hay pocas verdades absolutas (si alguna), y esta entrada pretende destacar algunas cosas que si están mejor, a juicio del cenizo que escribe. Reconozco tener suerte: soy docente y trato con los futuros biólogos y técnicos forestales (si bien con los últimos mucho menos). Y veo que estarán mucho mejor preparados, más libres de dogmas rancios, aunque sólo sea por el apabullante acceso a la información del que disponen. El que quiere contrastar opiniones y datos con los que guiar sus decisiones u opiniones, puede. No es ese un avance menor. Y casi todo lo que diga para estudiantes en sentido estricto sirve para el público general.